En ajedrez un jugador no llega al nivel de maestro internacional por casualidad. Se necesita atesorar muchísimo conocimiento y entendimiento para alcanzar esa cima. De la misma forma que un docente no continúa en su labor durante más de veinticinco años si no sabe transmitir todo lo que sabe con maestría. Si juntamos en una persona la profundidad de ideas de la talla de un IM, con la admirable capacidad para transmitirlas, y la enfrentamos con todo un colegio de alumnos de primaria, obtenemos como resultado las fantásticas jornadas que vivieron en el Colegio la Salle el Pilar de Alfaro con el maestro Pablo Glavina.
Física y química se juntaron en esas charlas. Física, la de la presencia de docenas de niños entusiasmados con las propuestas del maestro. Y química la que se creó entre uno y otros, así como la de la enorme satisfacción de los responsables del centro.
El Colegio la Salle el Pilar se lo merece. Son muchos años fomentando el ajedrez entre los chavales. El propio maestro Glavina se quedó muy sorprendido al conocer la labor del Hermano Darío en el colegio.
Seguro que no tardaremos en volvernos a juntar con la Salle el Pilar para cualquier tipo de actividad.