Triunfo coral
El pasado sábado 16 de marzo se celebró en el IES Sagasta de Logroño la última jornada de los Juegos Deportivos de la Rioja de ajedrez. Competición infantil, a partidas de treinta minutos, con ocho rondas disputadas, repartidas entre cinco sedes. El torneo contaba con una categoría A y una categoría B, en función de las edades de los participantes. El Club Ajedrez Alfaro fue una de las sedes, en la que se disputaron las rondas cuarta, quinta y sexta de la categoría A.
Lo primero a destacar es la gran participación que han tenido estos Juegos Deportivos. Nuestro club acudía con treinta y cinco participantes, entre la categoría A y la B. Pero es que el total de jugadores de ambas categorías llegó a los doscientos. Hemos de aplaudir el ánimo de nuestros jugadores para presentarse a esta competición riojana. No quisiéramos dejar de nombrar a todos, pues todos son importantes: Aimar Costoso, Alicia Falcón, Ana González, Carmina Martínez, Daniel Mariné, Daniel Pérez Pérez, Diego Milagro, Diego Perez, Erik Soldevilla, Giovanni Arnedo, Hugo Jimenez Salvador, Iker San Miguel, Iñaki Docampo, Irene Pellejero, Javier Ortega, Javier Sainz, Joaquín Ramírez, Juan Burgui, Juan González, Juan Perez Aradros, Lucas Solana, Maitane Vicente, Marcos Felipo, Marcos Martínez Ciordia, Maria Burgui, Mario Fernandez, Mateo León, Mateo Martínez, Nacho Sola, Nora López, Oriol Hidalgo, Pepe Domínguez, Raúl Calvo, Sarai Falcón, Yoel Soldevilla.
El éxito estaba ya en la participación y en nuestra presencia. Pero además en lo deportivo el resultado hemos de calificarlo como de extraordinario. Los nuestros se volvieron con una cosecha de quince premios. Pueden estar muy satisfechos los Pablo Glavina, Patxi Sesma, José Angel Carcavilla, Tomás Ozaita, José Miguel Gurrea, Héctor Francés y Jorge Ruiz, porque su excelente trabajo se vio reflejado. Sumaron todos. Sumaron las chicas y sumaron los chicos. Sumaron los mayores y sumaron los pequeños. Sumaron los veteranos y sumaron los nuevos. Sumaron los de Alfaro, sumaron los de Cintruénigo, sumaron los de Aldeanueva, sumaron los de Calahorra, sumaron los de Arnedo, sumaron los de Igea, sumaron, sumaron, sumaron…
El Club desde luego está completamente satisfecho con su labor. Una partida de ajedrez consiste en conseguir pequeñas victorias e irlas consolidando para forjar una posición cada vez mejor. El Club ha ido obteniendo estas pequeñas grandes victorias. Conseguimos asentar los grupos de Alfaro y volcarnos con varios niveles de tecnificación para competición. Conseguimos rebasar todos los límites en cuanto a participación de chavales de Arnedo. Conseguimos renovar la escuela de Aldeanueva. Conseguimos reabrir la de Rincón. Conseguimos mantener, pese a las dificultades, la de Igea. Conseguimos conformar dos buenísimos grupos en Calahorra, cada uno a su nivel. Conseguimos un grupo más en Cintruénigo. Mantenemos también la ilusión de los adultos que acuden a clases. Como resultado cada vez hemos mejorado nuestra posición, y los frutos los hemos recogido ahora.
En la categoría B la primera que pasó por la mesa de trofeos fue Carmina Martínez. Carmina ya hace tiempo que ha dejado de ser la acompañante de su hermano Mateo para ser la protagonista de su propia competición. Lo bueno, que sigue siendo la misma niña que por encima de todo disfruta con el juego. Para ella fue el premio a la mejor sub 8. El mejor sub 8 también fue de los nuestros. En su primer año de escuela, y con tan solo unos meses de rodaje, Pepe Domínguez de Arnedo se postula como un valor a no perder de vista de aquí en adelante. Su juego es arrollador, y cuando aprenda a correr sin tropezarse ha de ser temible. Qué decir de su paisano Aimar Costoso, el que conjura las piezas antes de empezar las partidas. Pues que da gusto verlo jugar, y da gusto ver la madurez que ya tiene para su edad. Aimar acabó como mejor sub 10. La dedicación y entrega de Maitane Vicente merece su premio, y con su temprana edad ya puede decir que tiene la experiencia de haber pasado por dos monitores distintos, ambos de nivel. Cómo deseamos que Jorge impregne de su entendimiento del juego al pequeño grupo que ha cogido. Para Maitane el trofeo de subcampeona femenina del torneo. Y la campeona también de las nuestras, ahí es nada. Se trata de Sarai Falcón. Sarai es decidida y firme en sus ideas, que analiza intensamente. Aprenderá a valorar más alternativas y su fortaleza en el análisis le dará muchas opciones. Estamos impacientes por verla alcanzar su próximo nivel. Si los dos primeros premios de chicas fueron para nuestras jugadoras, en chicos acaparamos el podio. Situamos a tres jugadores en cabeza empatados a siete puntos, y que solamente perdieron las partidas entre ellos. Impresionante resultado. Mateo Martínez fue tercer clasificado, Alvaro Valero subcampeón y Juan Burgui campeón. Mateo va adquiriendo madurez, y se le ve capaz de domar su espíritu impulsivo. Aplicar con criterio su fuerza le va a dar muchos triunfos. Alvaro rebosa afición. Y cualidades. Está completamente entusiasmado por el juego, y nosotros entusiasmados por cómo se ha integrado en el club. Juan es el nervio, el intelecto abierto. Los ojos más abiertos de la escuela. En el futuro será un jugador de gran nivel teórico.
En la categoría A el desfile lo inició el jugador que posiblemente más se alegre por sus triunfos. Javier Ortega lo vive con pasión. Y está siendo capaz de trasladar a los torneos el nivel que exhibe en las clases. Para él fue el premio al mejor sub 12. El mejor sub 16 para un jugador con trazas de adulto. La calma y la reflexión de Mario Fernández no ocultan su personalidad extrovertida. Todas estas cualidades las plasma en su estilo de juego. Al igual que en la categoría B, la campeona y subcampeona de la categoría A fueron nuestras chicas. María Burgui hace tiempo que avanza sin mirar atrás, y avanza quitándose todo tipo de complejos. Y cómo disfrutamos viendo su progreso, se puede apreciar por momentos. Fue nuestra subcampeona. Y la campeona fue Irene Pellejero. Jugadora ya curtida en mil batallas, su juego es felino. Acierta a dar, en el momento menos esperado, los zarpazos ganadores. Ningún jugador está cómodo disputando contra Irene.
Y, al igual también que en la categoría B, en la categoría A situamos a tres jugadores en el podio empatados a siete puntos. Iñaki Docampo como tercer clasificado, Marcos Felipo como subcampeón, y Javier Sáinz como campeón. Tres jugadores también curtidísimos, que ya habían protagonizado un gran torneo absoluto. Jugadores con mucha proyección, que de la mano de Pablo Glavina aspiran a ampliar, aún más, sus horizontes. Iñaki es un incansable estudioso. A su acervo teórico debe incorporar entendimiento del juego, y con ello se hará un jugador muy completo. Marcos tiene una grandísima capacidad de cálculo y es rapidísimo evaluando jugadas. Pese a que se desenvuelve bien en finales apretados, debe consolidar su comprensión posicional para jugar con más soltura posiciones típicas. Javier siempre ha destacado por su comprensión de la posición, y por su capacidad para elegir buenos planes. A veces ataca las partidas en sus momentos claves con exceso de decisión, cosa que irá mejorando.
Estamos ante un triunfo coral. La generalidad de nuestros jugadores, tanto los que han alcanzado trofeo como los que no, han exhibido un nivel de juego más que satisfactorio. Todos a la vez. Y una destacada capacidad para competir. Sin duda el bagaje que les da el Torneo Ribera del Ebro contribuye mucho. Como decíamos en su momento, además de suponer un gran aliciente en sí mismo, el Ribera del Ebro es una excelente preparación para los Juegos Deportivos. Que ha hecho situar a nuestros jugadores al máximo nivel. Pleno de podio en chicos en ambas categorías, y casi pleno en chicas.
En este nuestro 25 aniversario del Club también queremos manifestar un recuerdo para los tantos y tantos participantes que a lo largo de nuestra ya dilatada historia hemos presentado a esta competición.
Por último tengamos todos presentes una cosa. La mitad de los nuestros volvieron con trofeo. Pero la otra mitad son igual de importantes. Nuestro triunfo es el triunfo del colectivo, en el que todos dependemos de todos. Todos conformamos una gran cadena, una gran familia. En palabras del excelso poeta español Pedro Salinas :
“Forjé un eslabón un día,
otro día forjé otro
y otro.
De pronto se me juntaron
-era la cadena- todos. “